Introducción
El Nacional de Premodern de 2023, celebrado el 21 y 22 de octubre en Valencia, presentó una estructura de torneo innovadora. En lugar del convencional suizo y top 8, o suizo y top 16 usado en el anterior nacional, se optó por un formato de suizo y top 15, inspirado en el sistema con top 7 utilizado en el mundial de Old Frame Vintage unos meses antes en Valencia.
Este sistema tenía una diferencia clave: en lugar de que los 16 primeros clasificados pasaran a la fase eliminatoria del segundo día, solo 15 lo hacían, y el primero del suizo obtenía un “bye”, avanzando directamente a los cuartos de final.
¿Cuál es la ventaja de este sistema? Este sistema hace menos probable que pactar sea óptimo. Sin embargo, en la práctica, todos los jugadores de las primeras mesas en ronda final decidieron pactar. Esto dio la impresión de que el sistema no superaba al tradicional top 16. En este artículo, analizaremos en detalle qué ocurrió y por qué este sistema es mejor que el top 16.
Ronda final de suizo
Participaron 124 personas en este torneo, con 7 rondas de suizo el primer día, siguiendo las tablas convencionales que determinan cuántas rondas se deben jugar para que todo jugador con X-1 o mejor pase al top 8:
Tras las 6 primeras rondas, la clasificación era la siguiente:
- 16 puntos
- 16 puntos
- 16 puntos
- 15 puntos
- 15 puntos
- 15 puntos
- 15 puntos
- 15 puntos
- 15 puntos
- 15 puntos
- 15 puntos
- 13 puntos
- …
Todos los jugadores con 15 puntos o más tras la ronda 6 se aseguraban pasar al segundo día pactando. En un torneo con top 16, pactar hubiera sido óptimo para todos ellos. Pero en un top 15, no era así. A continuación, veremos por qué.
La mesa 1 enfrentaba a dos jugadores con 16 puntos. La mesa 2, a uno con 16 contra otro con 15, y así sucesivamente hasta la mesa 6, donde un jugador con 15 puntos (Javi Orts) se enfrentaba a uno con 13 puntos (Narcís Mir). En esta mesa, el jugador de 15 puntos quería pactar para asegurarse seguir en el torneo, pero a su rival con 13 puntos solo le servía ganar, así que jugaron. Como se ve en la retransmisión de Karn’s Academy, Narcís ganó.
Este resultado y los pactos en las mesas 1 a 5 dieron la sensación de que el sistema no había logrado nada. Sin embargo, ¿qué hubiera pasado si Javi Orts hubiera ganado?
En ese caso, se habría colocado con 18 puntos y habría acabado primero del suizo, llevándose el “bye”. Es decir, debido a los pactos en las primeras mesas, él no solo jugaba por clasificarse, sino que ganando se colocaba directamente en cuartos de final. Habría conseguido “robar” el “bye” que no le “pertenecía”. De no ocurrir ciertos pactos incorrectos en las primeras mesas, él debería estar jugando por tener aproximadamente un 25% de llegar a cuartos de final (50% de llegar a octavos). En lugar de eso, estaba jugando por tener un 50% de llegar a cuartos. ¿De dónde vino ese “regalo”, ese 25% extra de jugar los cuartos?
Pactos incorrectos
Ese regalo viene de lo que pasó en las primeras mesas. ¿Qué es lo que “debería” haber pasado? Los dos jugadores en mesa 1 se clasificaban al segundo día aunque perdieran, por lo que tendrían que haber jugado. De ser así, y asumiendo que no quedaran en empate por falta de tiempo, uno de ellos hubiera acabado con 19 puntos. Acabar con 19 puntos suponía ganar el “bye”. La única manera de no conseguirlo era que el tercer jugador con 16 puntos también ganara y acabara con mejor desempate. Siendo el objetivo maximizar la probabilidad de llegar a cuartos (y de ganar el torneo), jugar era lo óptimo, puesto que perder y pactar daban una probabilidad similar de llegar a cuartos, pero ganar daba una probabilidad mucho mayor.
¿Y en la mesa 2? La mesa 2 debía jugar. Ahí se enfrentaban uno con 16 puntos contra otro con 15. Al de 15 le interesaba pactar, porque tanto ganar como empatar le daba una probabilidad similar de seguir (el “bye” debería ser muy improbable de ganar porque la mesa 1 debería jugar). Pero al de 16 puntos no le interesaba pactar. Perder y empatar suponen algo muy similar, llegar a octavos. Pero ganando puede conseguir el “bye” si acaba con mejor desempate que el ganador de la mesa 1, o si empatan en mesa 1. Jugar aquí era más dudoso que hacerlo en mesa 1, pero indudablemente lo correcto tras ver a los jugadores de la primera mesa pactar.
Las mesas 3 a 5, en que se enfrentaban jugadores con 15 puntos, tiene sentido que simplemente pactaran.
Es decir, debido a los pactos en las primeras dos mesas, se le regaló a Javi Orts, en mesa 6, parte de ese “bye”, que “pertenecía” a los jugadores que estaban en las primeras mesas.
Conclusión
A pesar de que pareció todo lo contrario, en este torneo en concreto el sistema de top 15 funcionó muy bien. Se logró que fuera correcto para los jugadores de mesa 1 en ronda final jugar, que hubiera sido esa ronda la retransmitida, la más relevante en teoría en ese momento del torneo. Sin embargo, decidieron pactar. ¿Por qué pactaron?
Seguramente porque están habituados a hacerlo tras 30 años jugando torneos con una estructura que incentiva los pactos en ese tipo de situación. O quizás eran conscientes de que jugar era mejor, pero simplemente querían descansar o ir a cenar. Es decir, pactaron por decisiones personales, lo cual es respetable, pero el sistema hizo lo que debía hacer: animar a jugar en una situación que normalmente se pactaría. Después, los jugadores son libres de hacer lo que quieran, pero los incentivos estaban ahí.
¿Es este sistema perfecto y evita todos los pactos? No, sigue siendo correcto pactar en algunos escenarios, pero menos a menudo que si no hay “byes”, especialmente en mesa 1 en ronda final, que en teoría es la ronda más interesante de toda la fase suiza.
Para torneos grandes como el nacional recomendaría usar otras estructuras, como las mencionadas al final de este artículo, pero, si se quiere hacer top 16 por alguna razón, al menos top 15 es una mejor idea.